lunes, 28 de mayo de 2012

Capitulo 4 la hechicera

Todo se iluminó humeantemente. La madera que sostenía a Kyle cada vez se reducía mas por el calor. Rápidamente, Nicole quito el pie del agua por intuición, y todo volvió a su calma. Notó agua en su mejilla, que pronto le quemó la piel al convertirse en fuego. Estaba llorando, silenciosamente; imponente a que sus lagrimas se convirtieran el gotas de fuego; sin saber porque, estaba llorando.
- No puedo. No, no puedo - sollozó Nicole. Kyle aun estaba en la barca, con la mirada perdida en el oscuro lago, sin decir una mínima palabra. Se levantó y puso sus pies en el agua. No paso nada. Se acercó a Nicole y respiró hondo, pero antes de decir nada se miró las manos. La muchacha se las agarró y las miro.
- Esto ha sido por mi culpa... - susurro. El joven tenía las manos quemadas, un poco hinchadas y con pequeñas cicatrices - y... ¿Y si te quedas aquí y voy... yo?
- Ni hablar. Te prometí que no te iba a dejar sola. Iremos juntos - agarró a Nicole de la mano y la agarró por detrás de las rodillas. La llevó hasta la madera sin que ella tocara el agua y la sentó sobre el para que no cayera. Sus rostros estaban cerca, pero la muchacha sabia que no debería, que no estaría bien. La barca se tambaleó y comenzó a moverse. Nicole cerró los ojos y espero a que se volviera a detener. Kyle la atrajo mas a el. La muchacha sentía que el corazón se le iba asaltar por la boca. Hacia calor.
- Bueno, ya hemos llegado. Se que es cómodo estar así, pero deberíamos bajar antes de que esto se hunda - susurro Kyle.
Nicole se puso en pie y se agarró a un árbol que había allí para no caer y lograr estabilizarse. Este empezó a brillar y salieron de el mas hojas de las que tenía. Era precioso. Soltó el árbol cuando notó que Kyle la cogía de nuevo. Ella le agarro de la mano fuertemente y la miró, el muchacho no se quejaba de que le dolía: no tenía las quemaduras ni las cicatrices.
Ya en tierra firme, comenzaron a andarm aun agarrados de la mano.
El castillo era enorme por dentro. Estaba iluminado por cientos de candelabros colgando de la pared. En el suelo había una alfombra roja kilométrica que se perdía de vista mas allá del pasillo. Era escalofriante tanto silencio.
- Valla, a esta hora de la noche no me esperaba ninguna visita, y menos la tuya, mi querido Kyle - resonó una voz femenina con una risa. El muchacho apretó con fuerza la mano de Nicole, que le miró asustada con sus enormes ojos azules.
- Necesitamos tu ayuda, hechicera.
Una chica joven salió por una pared arrastrando la mano por la piedra. Llevaba un vestido negro con partes que dejaban ver su morena piel h unos zapatos iguales. Tenía el pelo castaño, oscuro en la raíz y claro a las puntas. Cuando se iba acercando se podía ver claramente que tenìa los ojos de varios colores. Era una chica extraña. Pero no tanto como Nicole.
- Por favor, viejo amigo, no me llame de usted - se tocó el pecho en un gesto de modestia y entonces se percató de la presencia de Nicole. La miró con desdén - Veo que tienes compañía.
- Esta es... - comenzó a andar hacia donde había venido, sensualmente y a paso lento.
- Es Nicole. Viene aquí porque no sabe lo que es y porque no sabe lo que hace. Lo se, Kyle, sabia que ibais a venir, sabia para que veníais. - frenó y giró la cabeza para mirar a la pareja que aun se encontraba junto a la puerta - Pero aun así me hago las ilusiones de que vengas... a por mi.
- Casiel, no vuelvas a abrir la herida. Lo nuestro se acabó hace mucho tiempo, y tu lo sabes.
Nicole no sabia de lo que hablaban, se quedaba en silencio contemplando a aquella chica, Casiel, y lo bella que era. ¿Lo nuestro? ¿Se referiría Kyle a una relación que tuvieron ellos alguna vez?. Miró al suelo, si pensaba en aquel momento no podía escuchar de lo que hablaban.
- Oh, mírala, pobrecita. Esa es la cara de una chica enamorada, ¿acaso me equivoco, Nico?. Sabes que no puede ser, que el nunca te querrá - dijo Casiel, en un intento de hacer sufrir los sentimientos de Nicole. Casiel río en una carcajada que resonó por todo el pasillo. Nicole se giró y abrió la puerta de par en par. Salió al exterior. Cada vez le caía peor aquella chica de piel morena. Pero que era aquello, ¿celos? ¿envidia?. Kyle intento seguirla, pero Casiel le agarró de la mano, diciéndole que no fuera con ella y que se quedara ahí. Casiel siguió silenciosamente a la muchacha hasta el árbol que había junto al lago. Nicole tocó su tronco y difrutó de ver como aquel árbol se hacia mas grande, mas sano. De pronto se giró al percatarse de que una sombra estaba detrás suya, pero se sentó cuando descubrió a la estúpida de Casiel. La hechicera se agacho junto a ella y sonrió tristemente.
- ¿Sabes? Eres muy afortunada al haber encontrado a un chico como Kyle, no hay muchos así.
Nicole, al escuchar las palabras de Casiel, alzó la mirada y se encontró con su mirada rota.
- Eresmuy poderosa, Nico, pero también muy peligrosa. Eres el único dualismo que existe en estos tiempos: una mezcla del bien y el mal. Puedes controlar todo lo que tu quieras: las mentes de los humanos, los cuatro elementos... Lo que tu quieras - miró desafiante a Nicole, o Nico, como le llamaba ella - Pero te diré una cosa: no toques a Kyle, o te encontrare, y tu sufrimiento no será muy agradable.
Soltó una carcajada y volvió a entrar en el castillo, Nicole la imitó. Dentro estaba Kyle, que soltó un suspiro de alivio al ver que la hechicera no le había hecho nada, se acercó y la abrazó. No quería demostrarlo, ni parecer débil, pero Casiel notó una punzada de dolor en el pecho. Kyle acarició el pelo negro de Nicole mientras la rodeaba con los brazos. La muchacha se sorprendió, pero enseguida puso sus manos en su cuello y la atrajo mas hacia ella. Le sudaban las manos, pero en ese increíble momento le daba igual. Casiel se aclaró sonoramente la garganta para que se separaran. Sonrieron vergonzosamente.
- Gracias - susurró tímida Nicole.
- Podéis quedaros a pasar la noche aquí. Cuando no este Meredith me siento muy sola - sonrió y le guiñó un ojo a la joven - Y mañana por la mañana te pondré bien guapa.
Kyle no quería que la cambiara, le gustaba tal y como estaba. Para Casiel, el termino "poner guapa" significa ponerle una falda que pareciera un cinturon ancho y un top con el que se le veía todo. Pensándolo bien, no estaba tan mal. El chico sonrió para sus adentros.
- Casiel, yo no voy a dejar sola a Nicole - dijo
- Vale, haz lo que quieras - canturreó Casiel, aunque por dentro se estuviera muriendo de envidia.
Por el pasillo se separaron, la hechicera fue por la derecha y la pareja por la izquierda. Kyle ya sabia donde se dirigían; no era la primera vez que se quedaba allí a dormir. Ya en la puerta de la habitación, entraron y una masa de polvo les hizo toser y les nubló un poco la vista. Todo estaba como había estado siempre. La cama de madera estaba pulcramente hecha; el escritorio, también de madera, se situaba junto a la ventana.
Nicole dio un salto y se tumbó en la cama.
- Yo duermo en el suelo - dijo después de varios minutos.
- No, tu duermes en la cama y yo en el cómodo suelo.
Ella puso cara de ofendida y se levanto. No le gustaba que nadie la tratara así. Puso sus manos en los hombros de Kyle, le llevo hasta la cama y lo sentó, aun apoyándose en el. Parecía una niña pequeña.
- No - al ver la cara de risa del muchacho se agacho un poco mas y le miró con ojos desafiantes pero a la vez infantiles - o me enfado.
- Vale, vale, tu ganas - alzó las manos en señal de rendición y la miró divertido
Nicole sonrió. Se agachó rápidamente y le dio un beso inocente. "¿Que ha sido eso? No, un beso en la boca para ella no puede significar nada. No lleva ni dos días en el mundo exterior" pensó Kyle.
La muchacha cogió un camisón de los que había en el armario, se quitó la ropa y se lo puso. El joven, para no ser descortés, se dio la vuelta y no miró. Luego el se quitó la camisa y se metió entre las mantas mientras Nicole se tumbaba en el suelo.
- Buenas noches - dijo ella. Pero el no le respondió, no podía articular palabra. ¿Se habrá molestado por el beso?. Fue un acto que no le dio acto a pensar, simplemente lo hizo.

Nicole abrió los ojos lenta y perezosamente. Estaba en la cama. Kyle debió de haberla puesto allí, ¿pero el donde estaba?. Se sobresaltó. Miro en el suelo; allí estaba el durmiendo como un bebe, literalmente. La chica respiró hondo. La almohada todavía olía a el: a arboles y a cloro, pero le agradaba.
Se levantó y caminó descalza hacia el chico. Se agachó y le empezó a hacer cosquillas. Kyle se reía pesadamente, como si le doliera. Nicole le levantó un poco la camisa y vio todas las heridas que tenia. Puso la mano en su vientre y los arañazos desaparecieron. Entonces era cuando el abrió los ojos y se extraño al ver a Nicole pensativa.
- ¿Te... encuentras bien? - se extrañó aun mas al ver su mano en su vientre. La levantó poco a poco y pudo ver como estaba bien, ya no tenía magulladuras - ¿como has hecho eso?
Se levanto poco a poco y luego tiró de el brazo de la muchacha, que sonreía al ver que no le dolía, que le había curado. Nicole le abrazó fuertemente. "Quizás no es todo tan imposible" pensó ella

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