lunes, 28 de mayo de 2012

Capitulo 4 la hechicera

Todo se iluminó humeantemente. La madera que sostenía a Kyle cada vez se reducía mas por el calor. Rápidamente, Nicole quito el pie del agua por intuición, y todo volvió a su calma. Notó agua en su mejilla, que pronto le quemó la piel al convertirse en fuego. Estaba llorando, silenciosamente; imponente a que sus lagrimas se convirtieran el gotas de fuego; sin saber porque, estaba llorando.
- No puedo. No, no puedo - sollozó Nicole. Kyle aun estaba en la barca, con la mirada perdida en el oscuro lago, sin decir una mínima palabra. Se levantó y puso sus pies en el agua. No paso nada. Se acercó a Nicole y respiró hondo, pero antes de decir nada se miró las manos. La muchacha se las agarró y las miro.
- Esto ha sido por mi culpa... - susurro. El joven tenía las manos quemadas, un poco hinchadas y con pequeñas cicatrices - y... ¿Y si te quedas aquí y voy... yo?
- Ni hablar. Te prometí que no te iba a dejar sola. Iremos juntos - agarró a Nicole de la mano y la agarró por detrás de las rodillas. La llevó hasta la madera sin que ella tocara el agua y la sentó sobre el para que no cayera. Sus rostros estaban cerca, pero la muchacha sabia que no debería, que no estaría bien. La barca se tambaleó y comenzó a moverse. Nicole cerró los ojos y espero a que se volviera a detener. Kyle la atrajo mas a el. La muchacha sentía que el corazón se le iba asaltar por la boca. Hacia calor.
- Bueno, ya hemos llegado. Se que es cómodo estar así, pero deberíamos bajar antes de que esto se hunda - susurro Kyle.
Nicole se puso en pie y se agarró a un árbol que había allí para no caer y lograr estabilizarse. Este empezó a brillar y salieron de el mas hojas de las que tenía. Era precioso. Soltó el árbol cuando notó que Kyle la cogía de nuevo. Ella le agarro de la mano fuertemente y la miró, el muchacho no se quejaba de que le dolía: no tenía las quemaduras ni las cicatrices.
Ya en tierra firme, comenzaron a andarm aun agarrados de la mano.
El castillo era enorme por dentro. Estaba iluminado por cientos de candelabros colgando de la pared. En el suelo había una alfombra roja kilométrica que se perdía de vista mas allá del pasillo. Era escalofriante tanto silencio.
- Valla, a esta hora de la noche no me esperaba ninguna visita, y menos la tuya, mi querido Kyle - resonó una voz femenina con una risa. El muchacho apretó con fuerza la mano de Nicole, que le miró asustada con sus enormes ojos azules.
- Necesitamos tu ayuda, hechicera.
Una chica joven salió por una pared arrastrando la mano por la piedra. Llevaba un vestido negro con partes que dejaban ver su morena piel h unos zapatos iguales. Tenía el pelo castaño, oscuro en la raíz y claro a las puntas. Cuando se iba acercando se podía ver claramente que tenìa los ojos de varios colores. Era una chica extraña. Pero no tanto como Nicole.
- Por favor, viejo amigo, no me llame de usted - se tocó el pecho en un gesto de modestia y entonces se percató de la presencia de Nicole. La miró con desdén - Veo que tienes compañía.
- Esta es... - comenzó a andar hacia donde había venido, sensualmente y a paso lento.
- Es Nicole. Viene aquí porque no sabe lo que es y porque no sabe lo que hace. Lo se, Kyle, sabia que ibais a venir, sabia para que veníais. - frenó y giró la cabeza para mirar a la pareja que aun se encontraba junto a la puerta - Pero aun así me hago las ilusiones de que vengas... a por mi.
- Casiel, no vuelvas a abrir la herida. Lo nuestro se acabó hace mucho tiempo, y tu lo sabes.
Nicole no sabia de lo que hablaban, se quedaba en silencio contemplando a aquella chica, Casiel, y lo bella que era. ¿Lo nuestro? ¿Se referiría Kyle a una relación que tuvieron ellos alguna vez?. Miró al suelo, si pensaba en aquel momento no podía escuchar de lo que hablaban.
- Oh, mírala, pobrecita. Esa es la cara de una chica enamorada, ¿acaso me equivoco, Nico?. Sabes que no puede ser, que el nunca te querrá - dijo Casiel, en un intento de hacer sufrir los sentimientos de Nicole. Casiel río en una carcajada que resonó por todo el pasillo. Nicole se giró y abrió la puerta de par en par. Salió al exterior. Cada vez le caía peor aquella chica de piel morena. Pero que era aquello, ¿celos? ¿envidia?. Kyle intento seguirla, pero Casiel le agarró de la mano, diciéndole que no fuera con ella y que se quedara ahí. Casiel siguió silenciosamente a la muchacha hasta el árbol que había junto al lago. Nicole tocó su tronco y difrutó de ver como aquel árbol se hacia mas grande, mas sano. De pronto se giró al percatarse de que una sombra estaba detrás suya, pero se sentó cuando descubrió a la estúpida de Casiel. La hechicera se agacho junto a ella y sonrió tristemente.
- ¿Sabes? Eres muy afortunada al haber encontrado a un chico como Kyle, no hay muchos así.
Nicole, al escuchar las palabras de Casiel, alzó la mirada y se encontró con su mirada rota.
- Eresmuy poderosa, Nico, pero también muy peligrosa. Eres el único dualismo que existe en estos tiempos: una mezcla del bien y el mal. Puedes controlar todo lo que tu quieras: las mentes de los humanos, los cuatro elementos... Lo que tu quieras - miró desafiante a Nicole, o Nico, como le llamaba ella - Pero te diré una cosa: no toques a Kyle, o te encontrare, y tu sufrimiento no será muy agradable.
Soltó una carcajada y volvió a entrar en el castillo, Nicole la imitó. Dentro estaba Kyle, que soltó un suspiro de alivio al ver que la hechicera no le había hecho nada, se acercó y la abrazó. No quería demostrarlo, ni parecer débil, pero Casiel notó una punzada de dolor en el pecho. Kyle acarició el pelo negro de Nicole mientras la rodeaba con los brazos. La muchacha se sorprendió, pero enseguida puso sus manos en su cuello y la atrajo mas hacia ella. Le sudaban las manos, pero en ese increíble momento le daba igual. Casiel se aclaró sonoramente la garganta para que se separaran. Sonrieron vergonzosamente.
- Gracias - susurró tímida Nicole.
- Podéis quedaros a pasar la noche aquí. Cuando no este Meredith me siento muy sola - sonrió y le guiñó un ojo a la joven - Y mañana por la mañana te pondré bien guapa.
Kyle no quería que la cambiara, le gustaba tal y como estaba. Para Casiel, el termino "poner guapa" significa ponerle una falda que pareciera un cinturon ancho y un top con el que se le veía todo. Pensándolo bien, no estaba tan mal. El chico sonrió para sus adentros.
- Casiel, yo no voy a dejar sola a Nicole - dijo
- Vale, haz lo que quieras - canturreó Casiel, aunque por dentro se estuviera muriendo de envidia.
Por el pasillo se separaron, la hechicera fue por la derecha y la pareja por la izquierda. Kyle ya sabia donde se dirigían; no era la primera vez que se quedaba allí a dormir. Ya en la puerta de la habitación, entraron y una masa de polvo les hizo toser y les nubló un poco la vista. Todo estaba como había estado siempre. La cama de madera estaba pulcramente hecha; el escritorio, también de madera, se situaba junto a la ventana.
Nicole dio un salto y se tumbó en la cama.
- Yo duermo en el suelo - dijo después de varios minutos.
- No, tu duermes en la cama y yo en el cómodo suelo.
Ella puso cara de ofendida y se levanto. No le gustaba que nadie la tratara así. Puso sus manos en los hombros de Kyle, le llevo hasta la cama y lo sentó, aun apoyándose en el. Parecía una niña pequeña.
- No - al ver la cara de risa del muchacho se agacho un poco mas y le miró con ojos desafiantes pero a la vez infantiles - o me enfado.
- Vale, vale, tu ganas - alzó las manos en señal de rendición y la miró divertido
Nicole sonrió. Se agachó rápidamente y le dio un beso inocente. "¿Que ha sido eso? No, un beso en la boca para ella no puede significar nada. No lleva ni dos días en el mundo exterior" pensó Kyle.
La muchacha cogió un camisón de los que había en el armario, se quitó la ropa y se lo puso. El joven, para no ser descortés, se dio la vuelta y no miró. Luego el se quitó la camisa y se metió entre las mantas mientras Nicole se tumbaba en el suelo.
- Buenas noches - dijo ella. Pero el no le respondió, no podía articular palabra. ¿Se habrá molestado por el beso?. Fue un acto que no le dio acto a pensar, simplemente lo hizo.

Nicole abrió los ojos lenta y perezosamente. Estaba en la cama. Kyle debió de haberla puesto allí, ¿pero el donde estaba?. Se sobresaltó. Miro en el suelo; allí estaba el durmiendo como un bebe, literalmente. La chica respiró hondo. La almohada todavía olía a el: a arboles y a cloro, pero le agradaba.
Se levantó y caminó descalza hacia el chico. Se agachó y le empezó a hacer cosquillas. Kyle se reía pesadamente, como si le doliera. Nicole le levantó un poco la camisa y vio todas las heridas que tenia. Puso la mano en su vientre y los arañazos desaparecieron. Entonces era cuando el abrió los ojos y se extraño al ver a Nicole pensativa.
- ¿Te... encuentras bien? - se extrañó aun mas al ver su mano en su vientre. La levantó poco a poco y pudo ver como estaba bien, ya no tenía magulladuras - ¿como has hecho eso?
Se levanto poco a poco y luego tiró de el brazo de la muchacha, que sonreía al ver que no le dolía, que le había curado. Nicole le abrazó fuertemente. "Quizás no es todo tan imposible" pensó ella

sábado, 26 de mayo de 2012

Capitulo 3 bestias de la nieve

- No se lo que era. Desde hace unos años me pasaba, pero nunca con nadie, siempre estaba sola. Escucha, se que tengo un poder, un gran poder, pero no se lo que es. Ne... necesito respuestas. Y creo que tu sabes donde me las podrian dar - dijo Nicole
- Tengo una... amiga que es bruja y puede averiguarlo todo. En dos días estaríamos allí si nos ponemos ya en marcha.
- De acuerdo, pues venga.
- Escucha una cosa, Nicole - se rascó los ojos y suspiró - quiero que vallas a mi lado, y que no te alejes de mi. El camino es muy peligroso, y no voy a permitir que me vuelvas a asustar.
Nicole se volvió y agachó la cabeza al andar. Miró su pierna. Que extraño, la quemadura de la bala ya no estaba... Agito la cabeza para poder pensar que se trataba de una mala visión y se puso de nuevo en marcha.
Al rato a Nicole ya le ardían los pies. Se sentó en el suelo, agotada. Kyle salto energéticamente hasta encontrarse a la altura de la joven.
- No entiendo como puedes estar así. Es desconcertante.
- Si quieres puedo llevarte. Esto de ser licántropo tiene sus ventajas, ¿Sabes? - puso sus tonificados brazos en jarra y hincho los mofletes.
La muchacha sonrió ante su acto infantil. Ella no se había quejado de lo que era su acompañante, simplemente aun estaba aun asustada, nada mas. Asintió, se iba a enfrentar a que la persona que ha decidido ayudarla le fuera a hacer algo.
Kyle se quito la sudadera, pero esa vez, Nicole no aparto la mirada. El joven licántropo se percato.
- Se me hace mas sencillo - fue lo único que dijo antes de cambiar del forma y llenarse de pelo. Nicole parpadeo, fascinada. En forma de lobo también era hermoso. Estaba cubierto de un pelaje negro ceniza, con unos ojos también negros enormes, donde ella se veía reflejada. El lobo hizo un movimiento y se agacho en señal de que se subiera encima. Nicole le obedeció sin poner resistencia, puso una pierna en la parte mas allá de la forma del animal y monto a horcajadas. El cuerpo estaba caliente. "estoy subida encima de Kyle" recordó ella.
De un momento a otro, y como ya había pasado en mas ocasiones, Nicole se quedo dormida.

Hacia frío, demasiado para que horas antes se encontraran en un bosque pleno de vegetación. La joven muchacha y el lobo se encontraban ahora mismo en una planeada cubierta de blanco.
- Algo se acerca - dijo en sueños Nicole - debemos correr, ¡Ahora!
De repente, unas criaturas alargadas y blancas comenzaron a salir de la nueve y se volvían a sumergir, como si fueran delfines en el océano. Las criaturas eran como lombrices, sin ojos y con la boca llena de dientes. Pasaban por la superficie sin inmutarse de la presencia de la pareja sobrenatural que estaba en medio de lo blanco.
- Nicole - la llamo Kyle en sus pensamientos- ¡Nicole!
Todo se quedo en silencio y resonaba una y otra vez la voz grave del joven, que volvió a su forma humana para no sobresaltar tanto en ese paisaje. Agarro a Nicole y volvió a sentir ese calambre cuando toco con sus manos las piernas desnudas de ella. Nicole abrió poco apocosus grandes ojos azules y se puso recta. Entonces miro un punto ene, horizonte y se levanto de golpe, zafandose de Kyle.
- Ya podemos comenzar a correr
***
- ¡No puedes dejar esta organización así como así! - grito Cristal.
- ¿A no? ¡Mírame! - Marcus iba recogiendo sus pertenencias de sus respectivos cajones y guardándolas en una gran bolsa azul. Estaba enfadado por el engaño de su padre y su hermana, era una puñalada en la espalda. Querían hacer daño a alguien inocente para hacer maldades. Pero eso se acabo, el iba a ayudar a esa chica, ya protegerla, si el muro de carga principal cae: el licántropo - Mama nunca habría permitido eso. ¿Pero acaso os importo? - se rió eñ joven - no os molestasteis en saber lo que pensaba hasta que murió.
Punto bajo. Cristal se había quedado sin habla ante las duras palabras de su hermano un año menor. Oír la verdad no estaba ajustado a los planes. No estaba planeado que los muros se debilitaran. Los ojos de la muchacha de cabellos dorados estaban vidriosos, en cualquier momento se podía poner a llorar. Parpadeo dos veces para que no se le escaparan las lagrimas de sus ojos y se volvió a poner recta.
- Haz lo que quieras. Pero vete ahora, antes de que te descubran - dijo - Marcus... Padre amaba a mama, no lo olvides. Tampoco olvides que soy tu hermana y que estaré aquí si tienes algún problema.
Marcus asintió en respuesta y se fue. Estaba decidido e encontrar a la chica de ojos azules. Salió con pasos rápidos y sordos de el gran edificio construido de hormigón y metal.
Ya en el exterior, puso sus manos encima de sus ojos en forma de visera para poder ver el paisaje sin que le cegara la luz tan potente del sol. Ya adaptado al cambio, se pone en marcha. No suele andar por el bosque, siempre manda a gente que lo hicieran por el. Que estupido fue.
- No entres... Vete de aqui. - oia voces que procedian de la copa de los arboles mas bajos. No se paro a mirar, aunque por dentro se estubiera muriendo de medo, para el, el orgullo va antes de la seguridad.
***
El hielo resbalaba y ya habia caido unas cuantas veces intentando huir de aquella cosa. Nicole vuelve a caer, pero se levanta con mas fuerza. Tiene las piernas congeladas, pero no se queda atrás. Kyle le agarra fuertemente de la mano para que no se separara de el, también estaba frío por el temporal.
- ¡Corren demasiado deprisa! - grita Kyle
Nicole esta vez tampoco sentía miedo, pero quería estar al lado de Kyle. Miró por un segundo a atrás. Las bestias eran blancas y los seguían de mas de cerca de lo que ella había imaginado. La muchacha estaba segura de que si se acercaban no les haría nada. Pero eran un punto fácil.
- ¡Allí hay una cueva! ¡Corre! - Kyle agarraba aun con mas fuerza la mano de Nicole y esta pudo notar como se le habían congelado los dedos de manos y pies. No se molestó en decir nada, ya que temía que se le helara la garganta.
De pronto, Nicole volvió a la oscuridad, pero estaba despierta. Se asustó. Pensó que se trataba de su horrible celda, que ahora le parecía el peor lugar para establecerse. Se revolvió nerviosa hasta que unos brazos la atraparon y la tranquilizaron.
- Shh, estoy aquí, te protegeré. No tengas miedo... - susurró una voz. Era Kyle, que no la había dejado; el estaba allí, rodeando a Nicole con sus brazos, haciendo que sus cuerpos se unieran. Un cosquilleó recorrió el pecho de Nicole y sentía una pequeña descarga eléctrica en cada punto donde su piel se encontraba con la de el joven licántropo. ¿Que era aquello? Ella nunca había experimentado aquel sentimiento, ¿por que ahora, entonces?

Pasado un rato ya no se oía ningún ruido procedente de fuera.
- Podemos salir - dijo Kyle. Se aparto de Nicole y se levanto. La muchacha se sintió vacía al separarse de el, quería que la volviera a abrazar y que le dijera que todo iba a salir bien. Quería estar protegida por su musculoso y cómodo cuerpo, pero no podía ser, sabia que era lo mejor. De todos modos, ¿que iba a sentir el por ella? Nada, era absurdo.
Andaron rápidamente hasta el borde de la cueva y se asomaron para ver si había algo peligroso. Nada a la vista. Salieron y comenzaron a andar sobre la nieve que llegaba hasta los tobillos. Nicole tenía frío, posiblemente más que antes. Kyle se dió cuenta y se quitó la sudadera, ofreciendósela. La aceptó sin rechistar y entró rápidamente en calor. Las mangas le venian grandes y le colgaban y de largo le llegaba hasta la mitad de los muslos.
- ¿No tienes frío? - le preguntó inocentemente Nicole.
- No me puedo quejar, tu eres mas inmune al cambio de temperatura - se encogió de hombros y se frotó los ojos cansadamente.
- Falta mucho - dijo Nicole. No lo había dicho en forma de pregunta, era una afirmación. Sabia perfectamente que había sido egoísta diciéndole a Kyle que la acompañara en un viaje tan largo y peligroso, pero hasta el momento no se había parado a pensar en ello.
De pronto, ya no hacia frío, y todo era oscuridad. Delante de ellos había un gran lago, y del centro de este, un castillo de estilo victoriano. Kyle, sin dudarlo, se sumergió en el lago con un salto limpio y asomó su cabeza a unos pocos metros mas allá de la orilla.
- Vamos, e, agua no hace nada - el muchacho encontró una madera de tamaño para soportar el peso de dos personas, se acercó a Nicole y luego se subió a la embarcación improvisada, ofreciéndole una mano a la joven.
Nicole dio un paso y su pie se adentró en el agua. Todo se volvió de color anararanjado, con tonos rojos y amarillos: fuego.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Capitulo 2 una confianza mutua

- Soy un licántropo; hombre lobo para otros, creo que eso esta claro. Y yo nunca dejaría que una damisela en apuros con los problemas encima - sonrió Kyle
"Es hermoso" pensó Nicole. Enseguida apartó esos pensamientos de su cabeza y empezó a preocuparse realmente sobre que quería ese chico de ella.
Tenía el cabello negro que acababa en una ligera cresta sobre la frente. Los ojos, de un marrón chocolate, miraban a Nicole con picardía. Esta se estremeció.
- ¿Necesitas algo mas? - continuó Kyle - Puedo llevarte a cualquier sitio. Me dices el lugar, te subes a mi y en pocas horas llegamos.
Nicole intento hablar, de nuevo. Decir algo como "quiero que me lleves donde puedan decirme que soy".
Kyle hizo amago de quitarse la camisa, dejando al descubierto un poco de su torso bien marcado. Su piel era de un dorado muy deseable. Se iba a convertir en lobo. Nicole lo frenó.
El licántropo la miró extrañado. Nicole negó con la cabeza. Ella no quería que la llevara siendo lobo, la ponía nerviosa. Apartó la vista, avergonzada. Cuando volvió a mirar a Kyle este ya tenía la camisa puesta de nuevo. Aun la miraba con incertidumbre.
- Eh... de acuerdo, pero entonces nos llevará varios días.
Estuvieron andando varias horas, que a Nicole le hicieron andar con mas dureza y poder estar a la altura de Kyle, que avanzaba rápido por la hierba sucia.
Caída la noche, pararon en un descampado lleno de troncos. Cogieron unos cuantos y Kyle hizo una pequeña hoguera para entrar en calor.
"- ¡Sal de aquí! ¡Nicole! - las llamas cada vez se hacían mas potentes y mas altas. El humo negro llenaba la pequeña estancia. La estantería para los libros cayó, al lado de Nicole. En los grandes ojos de la pequeña Nicole se podía leer claramente el miedo. Estaba mas asustada que nunca, pero no iba a permitir que su madre se alejara de ella, no otra vez. La mujer rubia cayó al suelo y empezó a toser, impotente ante la situación, lo único que Nicole podía hacer era gritar y llorar. Unos brazos rodearon su diminuto cuerpo y  la alejaron de el fuego. Cuando el calor disminuyó, mas alejados de la casa, dejaron a Nicole en el suelo, inconsciente"
Abrió los ojos. Intentó mantener la calma. No era la primera vez que tenía visiones de un incendio, pero esta vez parecían tan... reales. Kyle volvió y se tumbó, Nicole se sentó a su lado, en la hierba que crecía lentamente a su alrededor. Con aquel muchacho se sentía segura y protegida.
- Y dime, em... - empezó Kyle. Se acerco a ella, aparto su largo pelo y miró con atención su chaqueta -... Nicole. ¿Que hacías tu por aquella zona?
Nicole le miraba. Abrió la boca pero la volvió a cerrar ya que solo emitía pequeños gemidos insonoros.
- Bueno, ya veo que no quieres hablar...
Kyle se golpeó suavemente las piernas y se levantó. Se apartó un poco de donde estaba Nicole mientras decía casi en un susurro_
- Voy a por mas leña
"Fabuloso. Ahora me siento culpable" pensó Nicole. Se tumbó y se acomodó. Sus párpados se entornaban y se volvían a abrir, haciendo un intento por mantenerse abiertos y alerta. El cansancio la pudo y se dejo llevar por los brazos de Morfeo.

Nicole se despertó con el movimiento de su cuerpo. Se asustó.
- Oh, por fin te has despertado, mudita - dijo Kyle.
El muchacho la tenía agarrado por debajo de las rodillas y por los hombros, llevándola sin tocar el suelo. Andaba tranquilamente, como si no pesara nada, que de hecho, así era.
Nicole se removió en sus brazos. Estaba extrañamente a salvo, pero a la vez incomoda por el tacto de sus manos en su blanca y delicada piel. Se ruborizó.
Kyle la bajó al suelo, avergonzado Ella sintió un gran alivio cuando sus pies desnudos tocaron el suelo. ¿La había llamado mudita?
Caminaron un rato en linea recta. Kyle pasó un brazo por delante de Nicole y la frenó.
- Nos tenemos que quedar aqui. Por ahora, ir por ese camino significaría no volver a salir.
La muchacha tomó el comentario como desafío y se deshizo de la protección del brazo del joven licántropo. Andó arrastrando las puntas de los pies por el suelo a cada paso. Se adentró en el único camino que encontró: una niebla espesa en una gran oscuridad. Los arboles se movían a merced del viento, parecían que habían cobrado vida. Se podía oir el ulular de los buhos y el aullar de los lobos. Nicole no sentía miedo, es mas, estaba mas convencida que nunca de lo que estaba haciendo.
- ¡Nicole! ¡No entres ahí! - Kyle gritaba a sus espaldas, en su tono de voz se había temor y preocupación. El licántropo sentía la necesidad de proteger a aquella pequeña mudita, aunque fuera con su propia vida. No iba a dejar que le sucediera algo.
Nicole se giró y sus miradas se cruzaron. Ella sonrío.
- Confía en mi - consiguió pronunciar en un susurro, antes de adentrarse por completo en el bosque.
***
"Nicole no puede andar muy lejos. Estará protegida por el mastodonte de antes" pensó Marcus. Practicaba con las espadas en la sala de entrenamiento que estaba a las afueras del bosque.
La espada que empuñaba corta media cabeza del muñeco de pruebas, la clava en el pecho de otro y cae sobre el frío suelo de metal. Marcus se sienta en el suelo, a escasos metros de la espada de mango dorado. Se deshizo de su camisa; su morena y esculpida piel brillaba ante la luz artificial. Se volvió a levantar y comenzó a asestar golpes a un saco de boxeo.
Una joven entra en la sala; va vestida con el típico traje negro flexible para entrenar. Su pelo dorado estaba recogido en una trenza un poco deshecha que le llegaba hasta hasta mas abajo del pecho. Marcus hizo una mueca.
- Hola, Cristal - dijo. Cristal era la hermana de Marcus. Tendría mas o menos su edad. Solo les diferenciaba una cosa: Marcus tenía corazón, y en cambio, Cristal era fría y calculadora. No se excedía por nada, ni siquiera por su propia familia.
- Ya veo que estas entrenando - paseó por la sala arrastrando los finos dedos sobre los distintos arcos que descansaban colgados en la pared - He oído que la chica ha escapado. Tiene un gran poder, un poder que nosotros podríamos utilizar.
- No veo como podríamos utilizar lo de matar a la gente. Antes de morir, Padre me dejó al cargo de no permitir que saliera de aquí, pero nunca me dio una razón. Ahora lo sé todo - Marcus se acercó a su hermana y la miró a los ojos -. Está asustada, Cristal. Yo no voy a seguir con esto, me rindo.
Marcus ando rápidamente y lleno de dignidad hacia la puerta.
- Le has fallado; has fallado a Padre - le dio tiempo a escuchar las ultimas palabras pronunciadas por su hermana Cristal, antes de llegar al amplio pasillo iluminado por miles de luces.
"Ella tan solo es una chica preguntándose aún porque la encerraron durante tanto tiempo" pensó el muchacho. Entró en su pequeña habitación color marrón; se tumbó en la cama, deshaciéndola, y pensó en todo lo que ha ocurrido en todo el día hasta quedarse dormido
***
Cuando dio varios pasos hacia la niebla, Nicole se arrepintió de lo que habia hacho. Frenó en seco. Miró para todos los lados, pero ya no veía la salida, ni la entrada por donde habia pasado, ni a Kyle. Asustada, dió dos pasos adelante. Torpemente, tropezó con una piedra y cayó al suelo.
- ¡Nicole! - se oía gritar - ¡Nicole!
Nicole estaba en el suelo. Estaba sudando y tenía los ojos de un tono blanco. Kyle por fín la encontró, tambien el estaba sudando. Suspiró.
- Joder, Nicole, que susto me has dado.
Nicole levantó la vista y lo miró preocupada. No era la primera vez que le pasaba lo de los ojos, pero nunca habia estado con otra persona. Seguramente Kyle estaba en peligro. Este intentó acercarse a ella, pero lo apartó; era demasiado peliroso.
- ¿Te pasa algo?
- No... no te acerques a mi... por favor - su vocecita casi inaudible era dulce, pero escondia en su interior una preocupacion notable.
- ¿Pero que...? ¿Nicole, que sucede?
- Mis ojos... no... no te acerques, de verdad
Nicole se puso a correr bosque adentro. Las ramas de arbustos y arboles le hacian pequeños cortes en los brazos y en las piernas. Jadeaba por el esfuerzo. Creyó que Kyle no le seguiría, pero se equibocaba; corría a escasos metros detrás de ella.
A Nicole le dolía la cabeza como si mil agujas se estubieran clavando en su cerebro. Se tiro al suelo, se llevo las manos a las sienes y gritó mientras una luz de varios colores emergía de ella.
- ¿Ni... Nicole?