miércoles, 2 de mayo de 2012

Capitulo 2 una confianza mutua

- Soy un licántropo; hombre lobo para otros, creo que eso esta claro. Y yo nunca dejaría que una damisela en apuros con los problemas encima - sonrió Kyle
"Es hermoso" pensó Nicole. Enseguida apartó esos pensamientos de su cabeza y empezó a preocuparse realmente sobre que quería ese chico de ella.
Tenía el cabello negro que acababa en una ligera cresta sobre la frente. Los ojos, de un marrón chocolate, miraban a Nicole con picardía. Esta se estremeció.
- ¿Necesitas algo mas? - continuó Kyle - Puedo llevarte a cualquier sitio. Me dices el lugar, te subes a mi y en pocas horas llegamos.
Nicole intento hablar, de nuevo. Decir algo como "quiero que me lleves donde puedan decirme que soy".
Kyle hizo amago de quitarse la camisa, dejando al descubierto un poco de su torso bien marcado. Su piel era de un dorado muy deseable. Se iba a convertir en lobo. Nicole lo frenó.
El licántropo la miró extrañado. Nicole negó con la cabeza. Ella no quería que la llevara siendo lobo, la ponía nerviosa. Apartó la vista, avergonzada. Cuando volvió a mirar a Kyle este ya tenía la camisa puesta de nuevo. Aun la miraba con incertidumbre.
- Eh... de acuerdo, pero entonces nos llevará varios días.
Estuvieron andando varias horas, que a Nicole le hicieron andar con mas dureza y poder estar a la altura de Kyle, que avanzaba rápido por la hierba sucia.
Caída la noche, pararon en un descampado lleno de troncos. Cogieron unos cuantos y Kyle hizo una pequeña hoguera para entrar en calor.
"- ¡Sal de aquí! ¡Nicole! - las llamas cada vez se hacían mas potentes y mas altas. El humo negro llenaba la pequeña estancia. La estantería para los libros cayó, al lado de Nicole. En los grandes ojos de la pequeña Nicole se podía leer claramente el miedo. Estaba mas asustada que nunca, pero no iba a permitir que su madre se alejara de ella, no otra vez. La mujer rubia cayó al suelo y empezó a toser, impotente ante la situación, lo único que Nicole podía hacer era gritar y llorar. Unos brazos rodearon su diminuto cuerpo y  la alejaron de el fuego. Cuando el calor disminuyó, mas alejados de la casa, dejaron a Nicole en el suelo, inconsciente"
Abrió los ojos. Intentó mantener la calma. No era la primera vez que tenía visiones de un incendio, pero esta vez parecían tan... reales. Kyle volvió y se tumbó, Nicole se sentó a su lado, en la hierba que crecía lentamente a su alrededor. Con aquel muchacho se sentía segura y protegida.
- Y dime, em... - empezó Kyle. Se acerco a ella, aparto su largo pelo y miró con atención su chaqueta -... Nicole. ¿Que hacías tu por aquella zona?
Nicole le miraba. Abrió la boca pero la volvió a cerrar ya que solo emitía pequeños gemidos insonoros.
- Bueno, ya veo que no quieres hablar...
Kyle se golpeó suavemente las piernas y se levantó. Se apartó un poco de donde estaba Nicole mientras decía casi en un susurro_
- Voy a por mas leña
"Fabuloso. Ahora me siento culpable" pensó Nicole. Se tumbó y se acomodó. Sus párpados se entornaban y se volvían a abrir, haciendo un intento por mantenerse abiertos y alerta. El cansancio la pudo y se dejo llevar por los brazos de Morfeo.

Nicole se despertó con el movimiento de su cuerpo. Se asustó.
- Oh, por fin te has despertado, mudita - dijo Kyle.
El muchacho la tenía agarrado por debajo de las rodillas y por los hombros, llevándola sin tocar el suelo. Andaba tranquilamente, como si no pesara nada, que de hecho, así era.
Nicole se removió en sus brazos. Estaba extrañamente a salvo, pero a la vez incomoda por el tacto de sus manos en su blanca y delicada piel. Se ruborizó.
Kyle la bajó al suelo, avergonzado Ella sintió un gran alivio cuando sus pies desnudos tocaron el suelo. ¿La había llamado mudita?
Caminaron un rato en linea recta. Kyle pasó un brazo por delante de Nicole y la frenó.
- Nos tenemos que quedar aqui. Por ahora, ir por ese camino significaría no volver a salir.
La muchacha tomó el comentario como desafío y se deshizo de la protección del brazo del joven licántropo. Andó arrastrando las puntas de los pies por el suelo a cada paso. Se adentró en el único camino que encontró: una niebla espesa en una gran oscuridad. Los arboles se movían a merced del viento, parecían que habían cobrado vida. Se podía oir el ulular de los buhos y el aullar de los lobos. Nicole no sentía miedo, es mas, estaba mas convencida que nunca de lo que estaba haciendo.
- ¡Nicole! ¡No entres ahí! - Kyle gritaba a sus espaldas, en su tono de voz se había temor y preocupación. El licántropo sentía la necesidad de proteger a aquella pequeña mudita, aunque fuera con su propia vida. No iba a dejar que le sucediera algo.
Nicole se giró y sus miradas se cruzaron. Ella sonrío.
- Confía en mi - consiguió pronunciar en un susurro, antes de adentrarse por completo en el bosque.
***
"Nicole no puede andar muy lejos. Estará protegida por el mastodonte de antes" pensó Marcus. Practicaba con las espadas en la sala de entrenamiento que estaba a las afueras del bosque.
La espada que empuñaba corta media cabeza del muñeco de pruebas, la clava en el pecho de otro y cae sobre el frío suelo de metal. Marcus se sienta en el suelo, a escasos metros de la espada de mango dorado. Se deshizo de su camisa; su morena y esculpida piel brillaba ante la luz artificial. Se volvió a levantar y comenzó a asestar golpes a un saco de boxeo.
Una joven entra en la sala; va vestida con el típico traje negro flexible para entrenar. Su pelo dorado estaba recogido en una trenza un poco deshecha que le llegaba hasta hasta mas abajo del pecho. Marcus hizo una mueca.
- Hola, Cristal - dijo. Cristal era la hermana de Marcus. Tendría mas o menos su edad. Solo les diferenciaba una cosa: Marcus tenía corazón, y en cambio, Cristal era fría y calculadora. No se excedía por nada, ni siquiera por su propia familia.
- Ya veo que estas entrenando - paseó por la sala arrastrando los finos dedos sobre los distintos arcos que descansaban colgados en la pared - He oído que la chica ha escapado. Tiene un gran poder, un poder que nosotros podríamos utilizar.
- No veo como podríamos utilizar lo de matar a la gente. Antes de morir, Padre me dejó al cargo de no permitir que saliera de aquí, pero nunca me dio una razón. Ahora lo sé todo - Marcus se acercó a su hermana y la miró a los ojos -. Está asustada, Cristal. Yo no voy a seguir con esto, me rindo.
Marcus ando rápidamente y lleno de dignidad hacia la puerta.
- Le has fallado; has fallado a Padre - le dio tiempo a escuchar las ultimas palabras pronunciadas por su hermana Cristal, antes de llegar al amplio pasillo iluminado por miles de luces.
"Ella tan solo es una chica preguntándose aún porque la encerraron durante tanto tiempo" pensó el muchacho. Entró en su pequeña habitación color marrón; se tumbó en la cama, deshaciéndola, y pensó en todo lo que ha ocurrido en todo el día hasta quedarse dormido
***
Cuando dio varios pasos hacia la niebla, Nicole se arrepintió de lo que habia hacho. Frenó en seco. Miró para todos los lados, pero ya no veía la salida, ni la entrada por donde habia pasado, ni a Kyle. Asustada, dió dos pasos adelante. Torpemente, tropezó con una piedra y cayó al suelo.
- ¡Nicole! - se oía gritar - ¡Nicole!
Nicole estaba en el suelo. Estaba sudando y tenía los ojos de un tono blanco. Kyle por fín la encontró, tambien el estaba sudando. Suspiró.
- Joder, Nicole, que susto me has dado.
Nicole levantó la vista y lo miró preocupada. No era la primera vez que le pasaba lo de los ojos, pero nunca habia estado con otra persona. Seguramente Kyle estaba en peligro. Este intentó acercarse a ella, pero lo apartó; era demasiado peliroso.
- ¿Te pasa algo?
- No... no te acerques a mi... por favor - su vocecita casi inaudible era dulce, pero escondia en su interior una preocupacion notable.
- ¿Pero que...? ¿Nicole, que sucede?
- Mis ojos... no... no te acerques, de verdad
Nicole se puso a correr bosque adentro. Las ramas de arbustos y arboles le hacian pequeños cortes en los brazos y en las piernas. Jadeaba por el esfuerzo. Creyó que Kyle no le seguiría, pero se equibocaba; corría a escasos metros detrás de ella.
A Nicole le dolía la cabeza como si mil agujas se estubieran clavando en su cerebro. Se tiro al suelo, se llevo las manos a las sienes y gritó mientras una luz de varios colores emergía de ella.
- ¿Ni... Nicole?

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