jueves, 26 de abril de 2012

Capitulo 1 a un paso de la libertad

Nicole lanzaba gritos en la noche; en su horrible celda oscura. La voz que le alimentaba todas las noches se acercaba con pasos sonoros mientras repetía varias veces:
- ¡La cena!
La muchacha se levanta sobresaltada. Las cadenas aferradas al suelo le estiraron de la la muñeca, haciendole gritar de dolor. Pequeños hilillos de sangre descendieron por las cadenas. La sangre de Nicole.
La puerta de la celda de piedra se abrió con un estrepitoso ruido que hace temblar la pared de barrotes donde se situaba la puerta. El hombre recorre la estrecha sala en grandes zancadas y deja una pequeña bandeja plateada en el suelo, junto a Nicole. Esta se agacha y olfatea la comida. Estaba rancia. La palpa un poco con la mano y puede distinguir un trozo de carne cruda con la poca luz que se filtraba por los barrotes de la pequeña ventana. Apartó de un empujón la comida, seguramente drogada y se recostó sobre la pared fría. Se agarró las piernas para protegerse del frescor de la noche y se abrochó la chaqueta azul palido donde ponia claramente su nombre en letras plateadas bordadas a mano.
Ella no sabia nada. No sabia como llegó alli, donde ha estado toda su vida. No sabia quienes eran sus padres, si es que tenian. No sabia como era fisicamente. No sabia como era el aire puro, ni el sol, ni el agua fresca de un lago. Solo tenia un unico detalle de su vida: Nicole.
Durante las ultimas semanas han estado hechando polvos dorados a su vomitiva comida, algo que ella no sabia.
Un grito agudo llega hasta los oidos de Nicole. "Alguien torturado" pensó ella. Unos pasos rápidos y ágiles se oian cada vez mas fuerte por la oscuridad.
- Ven, niña - dijo una voz. Una voz tranquilizadora y cariñosa, de mujer. En la oscuridad, Nicole pudo distinguir que la mujer le habia extendido la mano, una mano blanca y huesuda.
La muchacha dudó ¿Podría fiarse de aquella mujer que le entregaba la libertad? ¿Le pediría algo a cambio por sacarla de allí?
Nicole intentó decir algo, pero no pudó. Sabía las palabras, pero no proninciarlas. Por su boca salian pequeños sonidos convertidos en gemidos. Pareció que la mujer intento escucher lo que decía.
- No tenemos tiempo
Tomó la mano de Nicole hasta que ella quedó en pié. Salieron de la celda y corrieron por el humedo pasillo. Manos que se estiraban por los barrotes de las paredes intentaban frenarlas. Nicole se estremeció.
La joven vió en el final del pasillo un gran hueco en la pared hecha escombros. "Ya es de día" advirtió. Salieron por el y fueron a parar con otro agujero del mismo tamaño. El sol cegó a Nicole durante unos instantes pero pronto se acostumbró a la luz del temprano amanecer. Giró para ver a la mujer que le habia sacado de alli, pero ya no estaba. Dio varias vueltas sobre sus talones, mirando a su alrededor. Ni rastro de la mujer de tez blanca. Andó hacia delante, estabilizandose y intentando mantener el equilibrio.
"- Todo acabará con su muerte" le llegaron a la cabeza diapositivas de imagenes pasadas, imagenes que ella nunca había presenciado y de las que nunca había oido hablar. Se llevó las manos a las sienes, cerro los ojos y se retorció en el suelo.
"- Ella no es normal, es un monstruo" venían recuerdos de una tarde tormentosa, horas antes de que la encerraran donde ha estado toda una vida.
"- Sigue siendo una niña, Michael". Michael. Ese nombre, el nombre del ser que encerró a una niña en una especie de prisión esparcida por el mundo. El recuerdo de una mujer alta, rubia y muy bella agarrando a una pequeña niña de preciosos cabellos negros y ojos azules llegó a la mente de Nicole
"- Nicole, escuchame cielo. Tienes que protegerte. No dejes que te hagan daño ni que se aprobechen de tu. No confíes en nadie. Habrá gente que te ayudará, pero no debes bajar la guardia. Se fuerte. Te quiero"
Los ojos de Nicole se abrieron de par en par. Una sensacion de mareo y temor de recorrió todo el cuerpo. Andó tambaleandose por el valle verde sucio hasta apoyarse en un árbol cercano. Su espalda se despizó por el tronco hasta sentada en el suelo. Entonces, todo se volvió negro
***
Marcus recorría la sala de un lado a otro. Pego un golpe a la mesa con el puño cerrado y miró a sus compañeros. Estaba realmente furioso.
- ¿Como habeis podido dejar que escape? Os dejé al mando, ¡y me habeis fallado! - dijo - ¡¿Como pensais que vuelva a confiar en vosotros, unos incompetentes?!
El joven muchacho de tan solo diecinueve años de edad se desplomó en su sillon de cuero rojo, delante de sus socios: las personas que le habian ayudado a controlar a la abominable monstruosidad que horas antes mantenían encerrada en una de sus celdas impenetrables.
- Pero señor, una mujer entró y...
 - ¿Una mujer? ¿Desde cuando una mujer puede con ustedes? - Marcus se agarró el pelo. Se levantó y andó hacia la puerta gris que estaba a unos pocos metros - Señores, ya no cuento con ustedes. Lo haré todo yo solo. Se podria decir que estan... despedidos - sonrió. Abrió las puertas de par en par y salió de la sala llena de inutiles.
Entró en la armería y puso sobre su formado cuerpo un traje negro ajustado de combate. En el cinturón ancho se colocó las arma.
Salió por los corredores, grises e iluminados de tristes colores. Insipidos.
Una vez fuera comenzó a dar vueltas alrededor de el edificio. Una figura se situaba al lado de un árbol llegó al punto de visión de Marcus. Se acercó sigilosamente. Una chica.
Era hermosa. Tenia la piel muy blanca, haciendo que su pelo negro y largo resaltara mas. Tenía largas pestañas negras y unos labios deseables. Vestía cin unos pantalones cortados por los muslos y con una chaqueta azul claro donde ponia en bordado blanco "Nicole". Era ella, la chica.
Fue agachandose poco a poco hasta llegar a la altura de la cara de Nicole. Extendió su mano para apartarle un mechon de pelo que le caía sobre el rostro. Abrió los ojos, unos ojos azules enormes. Ella se arrastró sobre las hojas secas del otoño hasta estar fuera de su alcanze. Le miraba asustada; el lo capto como un "¿quien eres?"
- Soy Marcus, hijo de Michael Frad. Y tu me perteneces - estaba muy seguro de que conseguiría lo que se proponía.
Nicole se levantó y dió varios pasos hacia atrás. Marcus sacó una pistola de su cinturó y apuntó con ella a la cabeza de Nicole. En los ojos de la muchacha se podía leer claramente el miedo.
- Por si no sabes lo que es, es una pistola. Pum - imitó infantilmente el sonido de un disparo - Y no dudaría en volarte la cabeza como te muevas de donde estas.
Nicole empezó a dar pasos ligeros y ágiles hacia atrás. Se dió la vuelta dandole la espalda a Marcus y empezó a correr. Marcus se sorprendió ante su osadía y apretó el gatillo. La bala rozó el muslo de Nicole, quemándole la piel. Ella intentó continuar corriendo, pero la pierna le escocía demasiado y se desmoronó en el suelo.
Marcus extendió los brazos y rió en una carcajada de victoria.
- Te dije que no te movíeras - dijo este.
Nicole entrecerró los ojos vidriosos y desafió con la mirada al muchacho de cabellos castaños que reía delante de ella. Marcus volvió a reir mas sonoramente, se fue acercandó a Nicole con pasos despreocupados. Una sombra se interpuso entre ellos dos. Una sombra que se hizo mas nítida cuanto menos se movía. La figura estaba llena de pelo y se apoyaba a cuatro patas. Las orejas, tambien llenas de pelo, estaban subidas hacia arriba en señal de alerta. Sus finos labios estaban echados hacia atrás dejando ver unos relucientes y afilados dientes.
Nicole gritó. La bestia se avalanzó sobre Marcus, que salió corriendo por donde habia llegado. La bestia se desformó y se fue convirtiendo poco a poco en forma humana. En un bello joven.
- Hola - dijo este - soy Kyle

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. POR DIOOOOOS, NO ME CREO QUE GARONNE HAYA COMENTADO EN MI BLOOOG *----*
      LO ACABO DE VER
      JODER
      SI LO SE NO DEJO DE ESCRIBIR
      aunque no se me ocurria nada y tal...

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